A Facendera
Acudieron al punto veintiún mujeres, catorce hombres, ocho mozos y trece primas en dos carros para afanarse y disponer la casona como venta y quesería y así, casa por casa, puerta por puerta, aportaron todos brazos, aperos, tejas y maderos. Los que no podían acudir al trabajo por enfermedad, vejez o parto, arrimaron tanto como debían y más de lo que podían: dos sacos de castañas y otro de cebollas, seis repollos, dos patatas, una mula tuerta, doce ristras de ajo, tres abuelas sin dientes para vigilar el caldo,dos cabras de leche y una botella con un culo de anísdando comienzo así la Facendera.
Llamada A Facendera
Las facenderas o hacenderas eran trabajos de múltiples tipos en los que participaban todos los habitantes del pueblo, por ser de utilidad común.
Espalar nieve para poder llegar a la mina a trabajar, hacer presas para regar los huertos, limpiar los caminos de hierbas para la procesión del santo o alzar muros y tejados en la casa del vecino, eran tareas entendidas como responsabilidad de todos puesto que el beneficio era recíproco.
Ese ejercicio de solidaridad y apoyo es un ejemplo para nosotros y por eso lo elegimos como motivo de presentación de nuestro trabajo: esfuerzo necesario de cada uno, beneficio común.
En Prendas
Por no acudir a la llamada de Facendera, una comisión recorría las casas de los vecinos que se ausentaban de la obligación tomando algo en “prenda”, así como aperos de labranza o bienes de familia, que eran puestos a disposición pública.
También nosotros pedimos una “prenda” a todos los que visiten el taller: que compartan con nosotros esa historia, conocimiento o saber que cada uno guarda en la memoria o en la imaginación